Renovarse... o cerrar el blog

El caso es que ya me han comentado lo mucho que ha perdido este blog. Y es que tenéis razón... mi vida se ha metido en una espiral de tedio insufrible. La vida en Vigo no es tan trepidante como en la gran ciudad, qué le vamos a hacer. Para colmo, los viajes se han visto reducidos a algún que otro escarceo a Valença o como mucho a Oporto (sí, tal cual Willy Fog, el famoso león de las nieblas) Y por si todo esto fuera poco, los incipientes exámenes de febrero han hecho que la vida ocio-cultural de la ciudad olívica haya cuasi desaparecido. Entonces reflexioné. ¿Debería unirme al cada día más extenso grupo de internautas que sin pudor alguno graban videoblogs contando su también aburrido día a día? No. Ellos tienen gracia y salero. Yo soy una sosainas y con estos pelos...
Esto es lo más extraordinario que ha acaecido esta semana en casa Recouso.

[Ring ring]

- ¿Está Tanya Rec.. Recaus...? ¿Está Tanya?

- Sí, soy yo.

- Mira, que tienes una película alquilada aquí en el videoclub que te está subiendo un poco el alquiler.- Mi interlocutora tiene un tonillo un tanto irónico y su acento del sur de Galicia es como una bofetada en toa la jeta.

Trato de recordar la última vez que había ido a alquilar una película. Bingo, justo antes de que me regalasen el magnífico disco-duro-portátil-multimedia-te-come-el-coño. Hace aproximadamente dos meses.

- Ah... ¿y cuánto tengo que pagar?
- 199.10 euros.

Gulp. Se me hace un nudo en el estómago. La taquicardia está al caer. Sudores fríos.

-Señora, pero yo no tengo 200 euros.- Es todo lo que acierto a decir.
-Bueno, vente por aquí, anda.- Todo misericordia.

Busco la película deseperadamente. Después de dos meses la cinta ya se perdió de su caja. Buenas noches y buena suerte está en la caja de Siete años en el Tíbet. Esto es un sin sentido.

De camino al videoclub voy cavilando las maneras de saldar mi deuda.

Es que no puedo ir a Barcelona, no puedo. Si tenía 300€ para el viaje... no puedo. Bueno, pues me quedo sin viaje. A lo mejor puedo empeñar algo... buf, pero con lo barato que se compra ahora el oro... ¡Maldita crisis!

Llego al videoclub. Respiro hondo y espero a que el establecimiento esté vacío. Cara de angustia.
-Ho..Hola. Soy Tanya Recouso. - Soy capaz de pronunciar mi apellido.
-A ver, calamidad. Si la película está amortizada te salvas, ¿eh?
No estoy familiarizada con la jerga de videoclubs, pero espero que esté amortizada, por favor que esté amortizada.
- ¡Uf! Te salvas.
Uf me salvo. Y vuelvo a respirar con normalidad.
- Es que verás, ya les saltaste en Barcelona. Te iban a mandar una carta por vía judicial. Y eso te queda como falta y luego no puedes pedir una hipoteca.
- Ah...- me vuelvo a asustar. Yo no quiero estar marcada desde los 21 años para toda la vida. -Mira lo que hacemos... te voy a cobrar sólo 30 euros y del resto ya me encargo yo. Tú no te preocupes, ¿vale? Voy a ver qué chanchullos puedo hacer para que no les vuelvas a saltar en la central.

-Gracias, de verdad, muchas gracias. - Mi salvadora, pienso, mientras abono los 30 euros.

- Es que hay que tener cuidado. A ver, yo soy flexible y un error lo puede tener cualquiera. Pero la gente se piensa que por coger una película en el videoclub no pasa nada y sí que pasa. En Madrid, por ejemplo, a un chico le embargaron el coche por no devolver una película. Salió en las noticias y todo. - Se está haciendo claramente la imporante.
- Bueno, muchísimas gracias y lo siento mucho... de verdad, gracias. - Sólo quiero salir de allí.

Moraleja: no merece la pena pagar 200 euros por ver a George Clooney en blanco y negro.
Te pido que si encuentras alguna noticia en internet sobre el embargo de coches por no devolver una película al videoclub, comentes y me pegues en enlace. Gracias.
¿Alguien más piensa que me han estafadado 30 euros?